miércoles, 8 de junio de 2016

EL GERMEN DE LAS AMENAZAS MODERNAS

EL GERMEN DE LAS AMENAZAS MODERNAS

En el informe de la “Situación en el Mundo, 2015”, en su Introducción, observar las consecuencias que padece el globo terráqueo con la cuestión del cambio climático. Si antes de la crisis del petróleo hasta la entrada de la década de los ochenta del pasado siglo, no se echaba cuentas la sociedad. Es a partir de últimos de esta década cuando este pensamiento está pasando de ser un fenómeno de estudio de erudición científica a ponerse en las conversaciones cotidianas de todo el conjunto de la ciudadanía. Aunque el reverso de este problema que acucia alarmantemente a la sociedad, se encuentra en manos de las principales capitales que se dedican a esquilmar la naturaleza y todos sus bienes consumibles y que les dan gran productividad de negocio y pingües beneficios para sus empresas. Éstos son a la vez los benefactores de los grandes grupos de presión social que denuncian las tropelías sobre la sostenibilidad del medio natural y el medioambiente. Y, por supuesto, poniendo sus miras a multiplicar sus beneficios. Estas paradojas son para los que habitamos en el planeta las que nos deben preocupar para corregirlas y no ser presos de la codicia de las grandes multinacionales.
Por todos estos motivos es por lo que subo a este blog del PCPA este artículo que a continuación os propongo:
El germen de las amenazas modernas
Michael Renner
Unas 400.000 personas se manifestaban en Nueva York el 21 de septiembre de 2014 para exigir a los dirigentes gubernamentales, allí reunidos para una Cumbre sobre el Clima, que pasaran de las palabras a la acción. Esta protesta era la mayor de más de 2.600 actos reivindicativos en todo el mundo. Las manifestaciones eran la culminación de décadas de activismo climático creciente, que inició su andadura poco después de que el Dr. Hansen introdujera en la agenda política la cuestión del cambio climático. En un día de calor oportunamente sofocante de junio 1988, James Hansen, director entonces del Goddard Institute for Space Studies de la NASA, declaró ante la Comisión de Energía y Recursos
Naturales del Senado de EEUU que el cambio climático no constituía un fenómeno natural, sino que era debido a que las actividades humanas estaban provocando una acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.1Hansen no era desde luego el primer científico que teorizaba sobre un cambio climático inducido por los seres humanos. Este tipo de estudios se remontan ya a finales del siglo XIX, pero fue en las décadas de 1960 y 1970 cuando los científicos empezaron a considerar cada vez más convincente el potencial de calentamiento de gases como el dióxido de carbono Clima de la Organización meteorológica Mundial (OMM) concluía que «parece plausible que un aumento del volumen de dióxido de carbono en la atmósfera puede contribuir al calentamiento
gradual en sus capas más bajas. […] Es posible que algunos de los efectos a escala global y regional puedan ser detectables antes de finales de siglo y convertirse en importantes antes de mediados del próximo».
El ritmo de los estudios climáticos se había acelerado en la década de 1980, y la OMM y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ya crearon en 1988 el Grupo Intergubernamental Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).2Fue Hansen, sin embargo, quien transmitió un inconfundible sentido de urgencia, diciendo a los senadores congregados en 1988 que: «es hora de dejarse de tanto divagar y de afirmar que disponemos de evidencias muy potentes de que el efecto invernadero ya está aquí». No obstante, su declaración solo marcó el comienzo de una prolongada pugna para lograr que los gobiernos, las corporaciones y la sociedad engeneral comprendan que es la actividad de la propia humanidad la que ha generado un problema sin parangón, y actúen en consecuencia”.
Michael Renner es investigador senior del Worldwacht Institute y codirector de La situación del
mundo 2015.
Situacion
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