EL GERMEN DE LAS AMENAZAS MODERNAS
En
el informe de la “Situación en el Mundo, 2015”, en su
Introducción, observar las consecuencias que padece el globo
terráqueo con la cuestión del cambio climático. Si antes de la
crisis del petróleo hasta la entrada de la década de los ochenta
del pasado siglo, no se echaba cuentas la sociedad. Es a partir de
últimos de esta década cuando este pensamiento está pasando de ser
un fenómeno de estudio de erudición científica a ponerse en las
conversaciones cotidianas de todo el conjunto de la ciudadanía.
Aunque el reverso de este problema que acucia alarmantemente a la
sociedad, se encuentra en manos de las principales capitales que se
dedican a esquilmar la naturaleza y todos sus bienes consumibles y
que les dan gran productividad de negocio y pingües beneficios para
sus empresas. Éstos son a la vez los benefactores de los grandes
grupos de presión social que denuncian las tropelías sobre la
sostenibilidad del medio natural y el medioambiente. Y, por supuesto,
poniendo sus miras a multiplicar sus beneficios. Estas paradojas son
para los que habitamos en el planeta las que nos deben preocupar para
corregirlas y no ser presos de la codicia de las grandes
multinacionales.
Por
todos estos motivos es por lo que subo a este blog del PCPA este
artículo que a continuación os propongo:
El
germen de las amenazas modernas
Michael
Renner
“Unas
400.000 personas se manifestaban en Nueva York el 21 de septiembre de
2014 para exigir a los dirigentes gubernamentales, allí reunidos
para una Cumbre sobre el Clima, que pasaran de las palabras a la
acción. Esta protesta era la mayor de más de 2.600 actos
reivindicativos en todo el mundo. Las manifestaciones eran la
culminación de décadas de activismo climático creciente, que
inició su andadura poco después de que el Dr. Hansen introdujera en
la agenda política la cuestión del cambio climático. En un día de
calor oportunamente sofocante de junio 1988, James Hansen, director
entonces del Goddard Institute for Space Studies de la NASA,
declaró ante la Comisión de Energía y Recursos
Naturales
del Senado de EEUU que el cambio climático no constituía un
fenómeno natural, sino que era debido a que las actividades humanas
estaban provocando una acumulación de gases de efecto invernadero en
la atmósfera.1Hansen
no era desde luego el primer científico que teorizaba sobre un
cambio climático inducido por los seres humanos. Este tipo de
estudios se remontan ya a finales del siglo XIX,
pero fue en las décadas de 1960 y 1970 cuando los científicos
empezaron a considerar cada vez más convincente el potencial de
calentamiento de gases como el dióxido de carbono Clima de la
Organización meteorológica Mundial (OMM) concluía que «parece
plausible que un aumento del volumen de dióxido de carbono en la
atmósfera puede contribuir al calentamiento
gradual
en sus capas más bajas. […] Es posible que algunos de los efectos
a escala global y regional puedan ser detectables antes de finales de
siglo y convertirse en importantes antes de mediados del próximo».
El
ritmo de los estudios climáticos se había acelerado en la década
de 1980, y la OMM y el Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) ya crearon en 1988 el Grupo Intergubernamental
Expertos
sobre el Cambio Climático (IPCC).2Fue
Hansen, sin embargo, quien transmitió un inconfundible sentido de
urgencia, diciendo a los senadores congregados
en 1988 que: «es hora de dejarse de tanto divagar y de afirmar que
disponemos de evidencias muy potentes de que el efecto invernadero ya
está aquí». No obstante, su declaración solo marcó el comienzo
de una prolongada pugna para lograr que los gobiernos, las
corporaciones y la sociedad engeneral comprendan que es la actividad
de la propia humanidad la que ha generado un problema sin parangón,
y actúen en consecuencia”.
Michael
Renner es
investigador senior del Worldwacht Institute y codirector de La
situación del
mundo
2015.
Situacion
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